La Consistencia y el Pensamiento Sistemático Científico, Filosófico y Teológico
Por el Dr. Adolfo Critto
Jornadas Internacionales Ciencias-Filosofía-Teología en búsqueda de una cosmovisión
La Plata 20, 21 y 22 de Agosto de 2003.
Resumen de la comunicación:
La correspondencia entre el mundo real y su representación es posible, y el criterio de verdad para avanzar en esa dirección es el de consistencia, que es la integración de la variedad por la Unidad, superando la contradicción. Lo que existe en la variedad del mundo existe porque consiste con los demás seres, como resultado de consistir con la Unidad Integradora. La inteligencia, como facultad de ligar, descubre las conexiones de consistencia, subyacentes a la variedad.
La consistencia permite distinguir lo real, verdadero, bueno, debido y valioso de lo que no lo es. El Uno integrador (llamado Dios) preexiste a toda la variedad, y la origina integrándola, y lo hace para bien. Es invisible, y se infiere de lo visible, así como se descubrió al planeta Plutón antes de verlo. Sin Él nada cierra, tiene sentido, se explica.
Para quien no cree en la posible realidad del objeto al que hace referencia el conocimiento, la investigación no tiene sentido. Los científicos dedican sus vidas a descubrir leyes y relaciones debajo del aparentes caos y desconexión pues están seguros de que tales leyes y conexiones existen y esperan ser descubiertas. Así se descubren y construyen dimensiones, relaciones entre dimensiones y sistemas. A pesar de que conocemos – y pobremente – solamente una ínfima parte de estas, la consistencia permite integrarlas por aproximaciones sucesivas, avanzando en conocimiento, predicción y control de la realidad.
El método científico deriva del principio de consistencia. Es un proceso sistemático de ajuste entre la realidad y su representación. Nada privilegia a priori, solo admite la prioridad de la unidad integradora, sin sesgo alguno. De lo contrario la consistencia es espuria. Cuando se encuentran contradicciones, excepciones o anomalías se buscan explicaciones en sistemas más amplios. Cuando se dice que algo es real u objetivo, se significa que es congruente con lo que se conoce. Aplica el juicio crítico y la autocrítica, cuestionando todos los supuestos que no son la integración sin condiciones por el Uno.
La conciencia de la integración de los seres en un sistema omnicomprensivo es un supuesto básico que hace posible pensar, conocer, decidir libremente, y servir eficazmente a los fines humanos. Esto lo permite la intuición inicial de la integración de todo por la Unidad Integradora. Esto se logra buscando y respetando las conexiones que integran a los seres entre sí y con el Uno. Ciencia, Filosofía y Teología trabajan en ello sistemáticamente. Si no se avanza de modo equilibrado, con apertura, profundidad, rigor e inflexibilidad, se cae en la inconsistencia, que aleja de verdad, desarrollo y realización humanos, y calidad de vida.
En esta comunicación me referiré a las implicaciones de la Consistencia para los dos temas mencionados en el Programa de las Jornadas como objeto de las mismas.
I. El Concepto de Consistencia
El conocimiento constituye un proceso de recreación representativa del mundo.
Aún subsiste un muy antiguo debate, acerca de si se da una correspondencia ajustada entre el mundo representado y el representativo. Entre quienes admiten la posibilidad de tal correspondencia, se debate acerca del criterio de verdad apropiado, o sea el criterio que orienta para avanzar en tal ajuste, y para juzgar si se trata de un buen o mal ajuste.
Tal correspondencia entre el mundo real y su representación es posible, y el criterio de verdad para avanzar en esa dirección es el de consistencia.
Para quien no cree en la posible realidad del objeto al cual hace referencia el conocimiento, la investigación no tiene sentido. Ella es un proceso de ajuste sistemático entre el mundo real y la representación que de él se forja. Para quien tal ajuste es imposible, la investigación carece de sentido.
Los seres humanos, y en especial los científicos, dedican sus vidas a descubrir las leyes o relaciones subyacentes al aparente caos o desconexión de los seres entre sí, porque están seguros de que tales leyes existen, y de que todas las cosas están íntimamente interrelacionadas, de modo que todo tiene explicación (en nexos de integración) y solamente hace falta averiguarla progresivamente.
La investigación científica es un proceso de ajuste de consistencia entre la realidad y su representación cognitiva. Del principio de consistencia derivan los métodos de investigación científica. Estos buscan conexiones de consistencia y las confrontan entre sí, en procesos sistémicos de aproximaciones sucesivas.
La fe inicial en la correspondencia entre el mundo representado y el representativo se basa en una noción inicial de que la existencia se basa en una unidad integradora, que integra todos los seres, aspectos y relaciones de la realidad, superando en definitiva toda contradicción.
La Existencia es tan una, que no deja variedad afuera, a todas las involucra en su unidad integradora. Cuando se dice que algo existe, se refiere a que es consistente con el resto de lo existente, y con el resto de lo conocido. Si se dice que algo es falso, es porque se lo ve inconsistente con el resto de lo existente y conocido.
Se dice que algo “consiste en” para explicar que existe como parte del sistema de la realidad, indicando cómo se relaciona con el resto del sistema en que con-siste con los demás seres, o sea que existe con ellos, en recíproca interdependencia. De este modo es consistente con el resto de los seres. Todo lo que existe – excepto la Unidad Integradora – existe porque consiste con los demás seres y su base, la Unidad Integradora.
La idea inicial de existencia es derivada de la integración de consistencia, o integración de la variedad por la Unidad. Esta idea de existencia y consistencia, condiciona todo conocimiento. Es una idea simple, inicial que impulsa al ser humano a la aventura del conocimiento de la variedad de lo existente. Se busca conocer, comprender y explicar en función de la idea inicial de búsqueda de la unidad en la variedad.
El criterio o principio de consistencia es el que guía el movimiento de búsqueda de la unidad en la variedad, y parte de la idea y fe en que existe una unidad integradora, subyacente a la variedad de los seres. Se busca descubrirla, pues se cree en ella previamente. Es a tal descubrimiento que se llama conocimiento.
La inteligencia es, precisamente, la facultad de ligar, de hallar nexos entre las cosas, descubriendo las integraciones derivadas de la Unidad subyacente a la variedad. Al estructurar su experiencia y emplear sistemáticamente su inteligencia, las personas representan a la realidad, pues la característica de lo real es la consistencia.
Cuando se dice que algo es real u objetivo, lo que se quiere afirmar es que es congruente con la información de que se dispone, y en especial con la información sobre si se cumplen o no las predicciones basadas en tal afirmación. La noción humana de lo real o existente es la noción de la integración de ello en un orden omni-comprensivo subyacente, que da unidad a toda la variedad.
La noción de existencia permite ver a todo lo existente como un caso especial de la Existencia, o sea como parte de un sistema (u orden) total de lo existente. El no ser es una categoría residual, que se emplea para referirse a lo que no está dentro de ese sistema.
La conciencia de que todos los objetos que se conocen son casos especiales de “existencia” (y por lo tanto de consistencia) supone conocer a priori la unidad que subyace a todos esos objetos. Este supuesto abre a los seres humanos la capacidad de conocer y de investigar.
La noción de Unidad Integradora (como base del Ser) constituye así el impulso básico para buscar la unidad en la variedad de lo existente, reconstruyendo – a nivel representativo – en sucesivos esfuerzos integradores, la unidad de la Existencia.
La unidad subyacente a lo observable y a nuestra representación de lo observable es como la unidad subyacente a un rompecabezas y a la mente que descubre el orden ya implícito en el aparente desorden de las piezas sueltas del rompecabezas.
La relación ya señalada entre la noción de existencia y la de consistencia se puede observar en la experiencia diaria. Cuando se dice que algo es o no es, o que es verdadero o falso, se está diciendo que es o no consistente con el resto de la información de que se dispone, y con el resto de los elementos de juicio con que se cuenta, aún cuando se hace la salvedad de que puede haber errores, como se advertiría si apareciesen nuevos elementos de juicio que hagan modificar el juicio de consistencia, al modificar premisas. Por ejemplo, si una persona dice que levanta con una mano un camión de diez toneladas, se le dirá que no es cierto, pues ello contradice los conocimientos sobre la fortaleza del cuerpo humano. Pero si aclara que lo levanta con una mano valiéndose de una palanca, o un dispositivo mecánico o electrónico, se considerará plausible, pues es congruente con el resto de la información que se posee sobre el tema.
Guiadas por el criterio de consistencia las personas descubren la integración de lo observable a través de construir y descubrir dimensiones, relaciones entre dimensiones, teorías, sistemas, indicadores, observación programada, elaboración y análisis de la información, y trabajo en equipo y comunitario, así como control inter-subjetivo.
El principio de consistencia explica también porqué las personas pueden comunicarse, y traducir lenguajes aún entre las culturas más dispares. Y permite compartir pensamientos, imágenes y hábitos en costumbres, normas y hábitos sociales y culturales, modelos y valores sociales.
La investigación constituye un proceso de ajuste sistemático entre la realidad y el conocimiento o representación de ella. El método científico es el con junto de principios, criterios y estrategias que permiten desarrollar de modo sistemático y eficiente tal proceso de investigación para avanzar hacia un óptimo ajuste entre la realidad y la representación de ella.
El principio de consistencia es la base de donde se derivan los métodos y técnicas de investigación científica.
La superioridad del principio de consistencia, como criterio de verdad y de ajuste entre representación y realidad, deriva precisamente del hecho de que él tiene como único norte la búsqueda de unidad en la variedad, o sea la búsqueda de la existencia subyacente, que todo lo integra. Por ello no privilegia a priori ninguna información, dato, idea o hipótesis asequible al marco de referencia.
Si bien se aplica el principio de consistencia desde el mismo momento en que se empieza a conocer, es importante hacerlo explícito como criterio general, a efectos de derivar sistemáticamente de él los métodos y técnicas de investigación, así como el juicio crítico y la autocrítica.
El método científico es el procedimiento de detección sistemática de la unidad en la variedad subyacente a las observaciones, a través de la aplicación del criterio de consistencia. La contrastación empírica no basta para constituir el método científico, así como no basta la elaboración teórica, sino que lo integran ambas, derivadas de la aplicación sistemática de la consistencia.
El método científico se conecta por la base con la filosofía de la ciencia, la lógica y la epistemología. Desarrolla criterios que guían la tarea de ajuste sistemático entre la representación de la realidad y ésta.
Se puede llamar científica a una afirmación que forma parte de la ciencia. Se habla de ciencia cuando se cuenta con un sistema integrado de conocimientos, con fuerte consistencia interna, que incluye principios generales y teorías generales en la cúspide, articulados en niveles sucesivos hasta llegar a un conjunto de proposiciones específicas empíricamente verificadas en su base.
El carácter sistemático e irrestricto de las exigencias de confrontación del principio de consistencia, que nada privilegia – es fiel solo al Uno Integrador – determina que se designe consistencia fragmentaria y espuria a aquélla que se queda en el camino, por factores motivacionales (racionalizaciones, distorsiones unilaterales con carga afectiva, valorativa, ideológica, de intereses, etc.) o por mera negligencia y falta de esfuerzo.
Las personas saben que cuando encuentran alguna contradicción, algo que no encaja, tienen que seguir buscando hasta encontrar un sistema más amplio en el cual encaje. Así, por ejemplo, excepciones y anomalías estimulan la búsqueda de explicaciones en el marco de sub-sistemas más amplios, lo que hace crecer el conocimiento y la ciencia, y aumenta el eficaz control del ambiente y de sí misma por la persona.
II. Aporte de la Consistencia para trabajar en el “conocimiento y el diálogo entre estudiosos de tres grandes áreas del pensamiento sistemático: científica, filosófica y teológica”. (Planteado como uno de los objetivos de las Jornadas)
La integración de estos planos del pensamiento sistemático es posible y necesaria pues El Uno Integrador (llamado Dios) genera la Existencia, y la capacidad humana para conocerla, al integrar toda la variedad de lo existente en su Unidad.
Al hacerlo genera las leyes de la realidad y de la naturaleza física y espiritual, y asegura su realización. Todo pensamiento sistemático busca descubrir y conocer estas leyes, mediante una integración que no reconozca fronteras disciplinarias.
Estas leyes son objeto de ciencia y filosofía y teología.
La búsqueda, curiosidad, investigación y método científico se basan en el supuesto de que todos los seres y aspectos de la realidad están integrados en un sistema único de verdad, que supone al Uno Integrador.
Se busca integrar a todos los seres y aspectos de la realidad entre sí y con el Uno Integrador Invisible, en un solo sistema, presidido por este Último.
La conciencia de la integración de todos los seres en un solo sistema es un supuesto básico que hace posible pensar, conocer y decidir libremente. Precisamente pensar, preguntar, investigar, conocer, es buscar las conexiones de integración entre los seres. Esto se desarrolla sistemáticamente en ciencia y tecnología.
Tal búsqueda no se detiene allí, sino que procura llegar hasta las últimas implicaciones, incluyendo las últimas causas, primeros principios y últimos fines. Confiando en la superación final de toda contradicción. Esto es materia de la filosofía y de la teología.
El supuesto de integración completa de lo existente hace posible conocimiento, ciencia, filosofía y teología, como parte de un mismo quehacer de búsqueda a través de la consistencia. Quienes trabajan para conocer e investigar lo hacen movidos por la convicción de que esta integración existe, y trabajan para progresivamente descubrirla.
La consistencia es esa integración de toda la variedad de lo existente por el Uno Integrador, que todo lo origina, realiza, sostiene y explica. Esa integración permite la existencia conjunta y compatible de los seres entre sí, y de ellos con el Uno Integrador.
La admisión del supuesto de la consistencia abre las puertas al funcionamiento de las facultades superiores, motivando y permitiendo a los seres humanos a conocer, investigar, hacer ciencia y filosofía, y buscar a Dios. Les permite distinguir lo que es avance, real, verdadero, bueno y debido, de lo que no lo es. Y les permite amar, decidir libremente, actuar, cooperar en el bien, y disfrutar en consecuencia.
El criterio de consistencia lleva a considerar inexistente y falso lo que es contradictorio con el resto de lo conocido. Es el criterio de realidad y de verdad.
Preexiste a toda la variedad el Uno Integrador, que todo lo genera al integrarlo.
El Uno Integrador solamente genera bien, y el mal permitido en definitiva sirve al bien, que lo supera en integraciones más amplias. Por eso la generación consistente de la realidad – por el Uno – se considera el acto supremo de amor, pues se hace para beneficiar a sus criaturas.
Los limitados conceptos humanos se emplean analógico para visualizar e imaginar al Uno (Dios), que todo lo origina, sostiene y explica en su Unidad, a partir de conocer la variedad que el Uno integra. La acción del Uno todo lo abarcan a través de sus leyes de consistencia y no contradicción, que todo lo ligan, originan, apoyan y realizan basados en el Uno.
El modo de conocer al Uno Invisible (Dios) es empleando de modo analógico e impropio los conceptos humanos, que dan la mejor aproximación posible. Se puede hacer gracias a la capacidad humana de consistencia, para relacionarlo todo con el Uno, sabiendo que el Uno existe y todo lo integra y vencerá todas las contradicciones, más allá del tiempo y del espacio
El conocimiento de Dios puede compararse analógicamente con el descubrimiento del planeta Plutón. No se podía ver, pues la tecnología de los telescopios del momento no lo permitían. Pero se observaban desviaciones en las órbitas de otros planetas, que eran inexplicables sin suponer la existencia de un planeta al cual se describió y hasta se bautizó como Plutón, sin haberlo visto. Más adelante se lo vio.
De un modo análogo, a Dios no se lo puede ver, pero por la noción inicial del Uno Integrador de todo lo existente, se sabe que todo lo que se observa que existe, no pudo causarse a sí mismo. Se infiere a partir de observaciones y experiencias de lo visible la acción del Uno Integrador (Dios), que todo lo genera, a través de leyes de consistencia que permiten explicar, comprender, predecir y controlar hechos, actos y efectos en la realidad, teniendo en cuenta dichas leyes.
Sin ese Uno Integrador nada cierra, nada tiene sentido, nada se explica.
El Uno, que todo lo genera al integrarlo, solamente genera bien. El mal en definitiva sirve al bien, que lo supera en integraciones más amplias. Por eso la generación consistente de la realidad se considera el acto supremo de amor, pues se hace para beneficiar a sus criaturas.
Al hacer consistir con Él a los seres, el Uno Integrador les permite existir y tener los bienes que tienen, y compartirlos con Él en tiempo y eternidad.
III. Aporte de la Consistencia para “facilitar el encuentra de enfoques intelectuales complementarios que colaboren en la construcción de una visión integral del mundo y del hombre, superando de tal manera una mirada fragmentaria de la realidad”. (Planteado como otro de los objetivos de las Jornadas).
El método de consistencia busca relacionar todos los seres y aspectos de la realidad entre sí, dando a cada uno su lugar, sin sesgos, privilegios ni exclusiones, considerando las relaciones hasta sus últimas implicaciones.
De este modo se cuestionan los supuestos y premisas de las ciencias y disciplinas, salvo el supuesto del Uno que todo lo subyace e integra.
La consistencia no admite rígidas fronteras disciplinarias, y requiere construir conceptos, dimensiones y relaciones que cortan a través de dichas fronteras. Busca relacionarlo todo con todo y avanzar progresivamente buscando tener en cuenta lo más y mejor posible las dimensiones, relaciones e implicaciones que hacen la realidad.
La consistencia, con realismo, considera que se conoce solamente una ínfima parte del vastísimo caudal de dimensiones (criterios clasificatorios) sub-dimensiones, dimensiones más abarcadoras, categorías, combinaciones de dimensiones, tipologías, relaciones y sistemas que forman la realidad. Por ínfimo que sea lo observado y lo conocido, el emplear el criterio de consistencia, basado en la Unidad Integradora, permite investigar dimensiones y relaciones entre dimensiones, y avanzar en el conocimiento de la integración de la variedad por la unidad (consistencia).
Las observaciones empíricas son también de una vastedad, cantidad y complejidad sin límites. Además ninguna observación empírica equivale a una dimensión o relación entre dimensiones. Por el contrario, dimensiones y relaciones se infieren de las observaciones empíricas, mediante la aplicación del criterio de consistencia, que permite además evaluar la validez y confiabilidad de las inferencias realizadas.
El método científico infiere dimensiones y relaciones de la observación empírica de regularidades en los hechos observados. Son indicadores empíricos las observaciones empíricas en cuanto tomadas como base para inferir dimensiones o relaciones entre dimensiones. Son indicadores conceptuales las dimensiones de las cuales se infieren otras dimensiones.
Los seres humanos tienen la gran ventaja de contar con su intuición inicial de la acción de la Unidad Integradora. Gracias a ello pueden progresivamente descubrir la integración subyacente a la variedad de hechos, dimensiones y relaciones, a través de la capacidad de consistencia.
A través de la capacidad de consistencia se hace posible conocer, amar y servir al Uno y a los demás seres, y se disfruta su bien.
Esa capacidad permite avanzar por aproximaciones sucesivas, cuestionando todos los supuestos que no sean la integración de todos los seres, dimensiones y relaciones, por la Unidad Integradora. Se admite como plausible lo que no muestra contradicción con esa integración.
El estudio de lo cuantitativo y lo cualitativo, integrados y complementados entre sí, permite identificar y predecir regularidades y actuar en consecuencia.
Las fronteras rígidas entre disciplinas y ciencias confunden y alejan de la realidad, sobretodo cuando se piensa que cada disciplina es autosuficiente, y puede llegar a afirmaciones absolutas y definitivas, descuidando al resto de la realidad, con sus dimensiones, relaciones y sistemas.
En la medida en que no se avance en la integración equilibrada de todas las dimensiones y relaciones de la realidad, con apertura, profundidad, rigor y flexibilidad, se cae en inconsistencia, que alejan de la verdad, y de desarrollo y realización humanos, y calidad de vida.
IV. Publicaciones sobre la Consistencia, sus fundamentos e implicaciones.
.A. Critto, Consistencia. Ser coherente , EDUCA, Buenos Aires, 2.000.
.A. Critto, Consistency , University Press of America, Lanham, 2000.
.A. Critto, Choosing Models of Society and Social Norms , University Press of America, Lanham, 1999.
.A. Critto, Overcoming Modern Confusion , University Press of America, Lanham, 1999.
.A. Critto, El Método Científico en las Ciencias Sociales , Paidós, Buenos Aires, 1982.
.A. Critto, La Comunidad Frenada , Piados, Buenos Aires, 1977.
.A. Critto, The Sacred and the Expedient , (A Socio-cultural Test on Consistency and Cleavage) Ph.D. Tesis, Columbia University, New York, 1963.
Autor: Adolfo Critto, Abogado Ph.D. en Sociología (Universidad de Columbia, Nueva York, 1963). Trabaja en Fundación para la Calidad de Decisiones y de Vida, Copérnico 2306 PB, Buenos Aires 1425. tel: 4806- 3138 o 3051. Fax 4804- 6997.