En relación al conocimiento científico

Aporte de la Sra. Constancia Pinto de Frías 31.08.03.

Estimado Dr. Critto:

Su trabajo me interesó mucho. Recordé de inmediato un libro de Werner Heisemberg premio Nobel de Física,»Diálogos sobre la física atómica» en donde reconoce la unidad en la diversidad. Precisamente en el estudio del átomo dice en el Cap. III «El concepto de entender en la física moderna»(p.43): » Entender quiere decir muy en general, poseer representaciones y conceptos mediante los cuales se pueda captar una multitud de fenómenos como unitariamente coherentes, y esto significa concebir»(…) La reducción de la varia multiplicidad a lo general y simple, o digamos, en el sentido de los «griegos, de lo múltiple a lo uno -es lo que consideramos como entender » Usted va más allá y más hondo..

Un abrazo muy cariñoso.
Sra. Constancia

Comentarios a este aporte por el Dr. Adolfo Critto

Estimada Constancia:

Muchas gracias por su comentario con las citas de Werner Heisemberg, premio Nobel de Física, en su libro «Diálogos sobre la física moderna». Usted comenta la idea que él expresa de que «Entender quiere decir muy en general, poseer representaciones y conceptos mediante los cuales se puede captar una multitud de fenómenos como unitariamente coherentes, y esto significa concebir… La reducción de la varia multiplicidad a lo general y simple o digamos, en el sentido de los griegos, de lo múltiple a lo uno es lo que consideramos como entender».

Lo que él expresa en esa cita recoge en parte el hecho que busco destacar de que todo nuestro funcionamiento cognitivo e intelectual (y también todo el funcionamiento espiritual) es en realidad una tarea de descubrir (y amar, servir y gozar) la unidad que subyace a la variedad de los seres, y de sus distintos aspectos (o dimensiones), relaciones y sistemas.

Esa unidad que subyace a toda la variedad de lo existente explica que la realidad esté formada por «multitud de fenómenos unitariamente coherentes».

La capacidad de conocer (y concebir, entender y comprender) que tenemos los seres humanos se basa en la motivación y aptitud para buscar (y amar, servir y gozar) esa unidad subyacente, reconociéndola en cómo ella integra a los seres (y a los aspectos y relaciones en que los vemos).

Esa motivación y capacidad se basa en que tenemos – en nuestra conciencia o capacidad de consistencia – una luz inicial – que podemos considerar un conocimiento o intuición inicial – de esa unidad integradora que todo lo genera y sostiene.

Ese conocimiento o intuición inicial de la unidad podemos descubrirlo en la experiencia de que el inicio de nuestro funcionamiento cognitivo e intelectual se produce cuando nos preguntamos buscamos establecer cómo está una cosa relacionada con la otra, cómo se ligan entre sí (de allí la expresión inteligencia, de Inter.-ligare), y preguntamos ¿ Porqué?.

Esta motivación básica e inicial, que nos moviliza a conocer (amar, servir y gozar) implica que ya sabemos y suponemos – con toda la certeza que puede tener el conocimiento humano -, que esta unidad integradora existe, y que todo lo existente existe gracias a ella – que lo integra -, y que sin ella nada existe.

Y porque suponemos eso es que estamos motivados a buscar esa unidad subyacente, y cómo ella liga entre sí a los seres en lo que llamamos realidad y verdad. De lo contrario los seres humanos, y en particular los científicos, investigadores y pensadores, no dedicarían tanto esfuerzo e interés a descubrir esa integración (que es el conocimiento de realidad y verdad), ni tendrían tanta satisfacción y entusiasmo cuando avanzan en el conocimiento.

Esa motivación existe en la medida en que aceptamos el regalo que recibimos de la existencia y de la capacidad de conocerla, y de desear, amar y actuar en base a lo que el conocimiento nos muestra del regalo de lo existente y de la vida.

Funcionamos en nuestro nivel superior al buscar conocer y mejorar nuestro conocimiento, evaluaciones y acciones, y de complacernos por los logros.

Ese funcionamiento superior (o racional, o espiritual, o de consistencia) se da solamente a partir de que aceptamos como un hecho cierto esa integración de todo por la unidad, confiamos en él, lo valoramos.

Por ello dedicamos nuestra vida, nuestra búsqueda de luz, nuestro amor a lo bueno y valioso, nuestra acción para servir lo que vale la pena, y nuestra complacencia con los avances.

Por ello trabajamos, y buscamos avanzar, construir, superarnos, dominando todos los componentes de la variedad para ponerlos al servicio de esa maravillosa integración por la unidad.

Por eso nos esforzamos en distinguir lo real, verdadero, válido, valioso, genuino, de lo que no lo es, lo amamos y ponemos metas y medios para servirlo, y nos alegramos cuando lo logramos.

Porque somos conscientes inicialmente de la unidad integradora, en que se asienta toda la variedad, y que le da sentido ordenándola en torno a ese vértice de unidad en que todo converge y se asienta.

Y somos también conscientes inicialmente que esta conciencia y capacidad de amar, de jugarnos, de comprometernos, de dar y darnos por esa unidad y su obra, es en realidad una invitación recibida – como núcleo de nuestro ser o persona – a cooperar con esa unidad.

Por lo tanto al funcionar en nuestro nivel superior (racional, espiritual, de consistencia) funcionamos como cooperadores de esa unidad en que todo se basa, unidos a ella, compartiendo con ella, siguiendo su modelo, dejándola hacer en nosotros.

En lugar de estorbar la acción de esa unidad en nosotros la asumimos y compartimos, recibiendo su luz con fe, entregándonos a ella con amor, sirviéndola con entrega, disfrutándola con paz, felicidad y plenitud.

De este modo expreso en otras palabras la realidad que inspira los conceptos que transcribe, de Werner Heisemberg.

Muchas gracias por preocuparse y por hacernos llegar esta cita. Un esfuerzo se enriquece conectándolo con otros, que sirven para corroborar como la misma luz ilumina a través de todas las conciencias.

Cordialmente
Adolfo Critto.